¡Oh cuerpo mío, haz de mí, siempre, un hombre que se interrogue!
-Franz Fanon
There is power in looking.
-Bell Hooks
Liu Bolin, Hiding in the City No. 1 - Tiananmen Square, 2005.
¿Qué es la invisibilidad? ¿Qué significa el ser/estar invisible? ¿Invisible con relación a qué? ¿Invisible, para quién? ¿Invisible, por qué?
En el año 2005 el gobierno de la República Popular China ordenó la demolición del Beijing International Art Camp. Este centro conocido también como el Suojiacun Artist’s Villagerepresentaba un espacio de taller y estudio para decenas de artistas de la efervescente escena contemporánea de Beijing. Una comunidad de artistas que vivían y practicaban el arte juntos y que fueron desalojados por el gobierno en un violento acto de censura y silenciamiento.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 3 - Suo Jia Village, 2005.
Como una respuesta dirigida a fortalecer la asediada voz contemporánea de Beijing, el curador Zhang Ahaohui organizó la exhibición titulada: Demolish! Demolish! Demolish! en la que participaron más de 100 artistas. En esta exhibición el escultor Liu Bolin inició con la pieza titulada Hidden Demolition toda una serie fotográfica que representa hoy una importante contribución para la escena del arte global contemporáneo. En Hidden Demolition el cuerpo del artista se funde con los escombros del centro demolido para crear una sugerente metáfora en la que sujeto y ladrillo se hacen uno gracias a la ilusión creada por la colaboración de la pintura y la fotografía.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 87 - Demolition, 2009.
En la interesante serie fotográfica titulada Hiding in the City, el artista, en un acto performativo, utiliza su propio cuerpo para confundirse/camuflagearse e insertarse en el paisaje urbano o rural que selecciona a través del visor. Las fotografías que el público se acostumbra a consumir como paisajes íconos de la cultura de la China, han sido intervenidas por el cuerpo del artista quien denuncia, desde una aparente invisibilidad, la censura de la que es objeto.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 91 - Great Wall, 2010.
Vestido con un mameluco gris, Bolin se posiciona firme y paciente durante varias horas entre la cámara fotográfica y el paisaje mientras un grupo de colaboradores pinta sobre su cuerpo con una exactitud tal que permite que el artista se confunda en el espacio en el que se encuentra. La fotografía entonces pasa a ser aquel documento visual que posibilita la aparente invisibilidad. Son fotografías en las que el color, como parte de un paisaje que acostumbramos a consumir, valida la lectura de actualidad y realidad que otorgamos popularmente a la imagen fotográfica y que, al reconocer el cuerpo de Bolin, trastoca la contemplación al enfrentarla con la denuncia.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 92 - Temple of Heaven, 2010.
El cuerpo de Bolin transforma su normalidad para convertirse en un elemento esencial de la propuesta artística. Es una práctica corporal inteligente e interesante que ubica su propia identidad al borde de la inexistencia. Mientras, trasciende los usos comunes del cuerpo al negarlo, invisibilizarlo/camuflagearlo e insertarlo al paisaje de aquella zona geográfica cuyas políticas económicas y culturales, sumadas a las luchas de poder, le censuran, le silencian y le niegan como sujeto e individuo en su capacidad para expresarse y decidir.
Liu Bolin, Royal Box at Teatro alla Scala, 2010.
La práctica corporal de Bolin, se convierte paciente e intensamente en una estrategia política de denuncia y activismo desde una aparente inmovilidad. La paradoja de un sujeto que se valida a sí mismo desde la negación, desde la invisibilidad misma que le transforma en un agente peligroso y subversivo, insertado de manera silente en aquel espacio donde su presencia espera pacientemente el momento en el que será descubierta por el espectador, para revelarse sorpresivamente.
Liu Bolin, Teatro alla Scala, 2010.
La invisibilidad del sujeto se hace patente en la fotografia, así como se hace eterna la intención de Bolin de prevalecer como parte integral y como estrategia dentro del paisaje, del espacio que parece ocultarle y superarle en el tiempo. La presencia de Bolin como individuo, como artista, nace con la negación y con la re-invención de un nuevo sujeto que, en su invisibilidad, se niega a ser construido por el otro. El acto performativo de Bolin se convierte un acto de emancipación cuando se reconoce en el ocultamiento.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 95 - Coal Pile, 2010.
Dice Bolin que su arte “es un arte en protesta en contra de la demolición impuesta por el gobierno. Perdí todo durante la demolición, pero aprendí que el individuo es un elemento insignificante cuando encara el gigantesco aparato gubernamental. Como artista, mi cuerpo es lo único que puedo mantener bajo control. Mi cuerpo es mi única arma”.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 14 - Rusty Fist, 2008.
En silencio, de pie o sentado, inmóvil, con los ojos cerrados, el cuerpo de Bolin no desaparece del todo. La tarea de mirar y descubrir un nuevo sujeto, un sujeto silente, meditativo, confundido entre la imagen de un espacio geográfico que ha sido destinado a fungir como ícono cultural, reta la lectura de la fotografía a la que el espectador está acostumbrado y ratifica el poder de diálogo y colaboración entre aquél que mira y aquél que, aparentemente escondido/camuflageado, se deja ver.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 48 - Beijing Welcomes You, 2006.
Bolin no se apropia del paisaje sino que se hace parte integral del mismo para lograr un reclamo intenso, una sólida crítica que logra hacer eco en la conciencia de aquel sujeto cuya presencia ha sido minimizada, distorsionada, enajenada por la preponderancia de cualquier aparato mediático, económico o gubernamental.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 93 - Supermarket No. 2, 2010.
Según el escritor Guillermo Villamizar, la contemporaneidad funge como “el lugar de los fragmentos culturales configurando una suerte interminable de posibilidades para entender un presente escurridizo. Funge como un espectro considerable de variables manipulado por diferentes atmósferas que se superponen aleatoriamente, desafiando cualquier lógica que la razón pueda inventar. Es un dispositivo que redime los territorios del silencio después de la experiencia colonial, donde cada fracción de identidad busca articularse a una cadena de relaciones conectadas a un eco sistema cultural que, por primera vez, se ve a sí mismo como parte de un todo, entrelazado a partir de concomitancias autónomas que provocan la globalización desde lo racial, lo político, lo económico y lo estético, es decir, desde la cultura”.[1]
Liu Bolin, Hiding in the City No. 84 - Graffiti No. 2, 2009.
Esta intensa contemporaneidad de la existencia nuestra, donde la afirmación y la negación confluyen y se escurren en el tiempo ante el desarrollo político-económico del aparato estatal, es intervenida por Bolin y eternizada desde el aparato fotográfico. Su ser, su identidad, su otredad, negada e invisibilizada, es apropiada por el artista y ubicada en la frontera donde la presencia y la no presencia arrojan al espacio de lo visible intensos debates sobre la identidad y las políticas del sujeto. Es un sujeto desobediente que se revela contra estructuras y aparatos al denunciar y revelar su negación. La invisibilidad como estrategia entonces desaparece y le otorga a la mirada el poder para descubrir y reafirmar el reclamo del sujeto por su propia existencia.
Liu Bolin, Hiding in the City No. 43 - In Front of the Party's Flag, 2006.
Notas:
[1] Guillermo Villamizar, (4 de febrero de 2012). "Debate Altermodernidad/Decolonialidad (Segunda Parte)", obtenido el 16 de agosto de 2012 en Esfera Pública.
* Todas las imágenes pertenecen a la serie fotográfica de Liu Bolin “Hiding in the City” y han sido parte de importantes exhibiciones en espacios culturales de Asia, Europa, Estados Unidos y América Latina.