-¿Dónde fue que encontraste esta botella, Rubén?¿Recuerdas?
¡En un mercado independiente en el Greenwich Village que tenía botellas extraídas de excavaciones, Aydasara! Me gustó mucho la textura, las manchas causadas por las condiciones en que estaba enterrada.
-Ya habías pintado otra botella. ¿Cierto?
Sí, siempre me ha atraído pintar botellas por varias razones —por su forma, color, la manera en que reflejan la luz— aunque no lo había hecho hasta recientemente. En el caso de esta botella, como te he dicho, me gusta el contraste entre su figura monolítica, que sugiere permanencia, con la textura que contiene, que sugiere el paso del tiempo. Ahora que me hablas de ella me doy cuenta de que eso en particular me ha llamado la atención.
-¿Tienes un mensaje en mente cuando decides pintar algo?
Un mensaje pensado, bien estructurado, usualmente no. En realidad no elaboro conscientemente una agenda o propósito cuando voy a pintar, sino que me dejo llevar por la fascinación que me produce en el momento. Por supuesto mientras pinto pienso en las sugerencias que puede suscitar.
-¿Entonces no crees que cuando seleccionas la pieza que haz de pintar estás de alguna manera haciendo un comentario social o político?
Entiendo que la dimensión social y política es inseparable de todo quehacer artístico. Creo que inevitablemente toda selección que uno haga —de un objeto, encuadre, composición, etcétera— está inserta en regímenes de signos y puede leerse como un comentario. Me parece que hay obras en las que estoy más consciente de eso que en otras. Sin embargo, no hice estas piezas que ves pensando en ello.
Veo, “las imágenes de la memoria, una vez fijadas por las palabras, se borran”.[1]
* Imágenes de Rubén Rivera – www.rubenart.com.
Notas:
[1] Calvino, Italo. Las Ciudades Invisibles.