Este escrito responde a nuestra preocupación ante la epidemia actual del virus del Zika en Puerto Rico y el Caribe, y a nuestro interés de recomendar intervenciones útiles para su manejo. Debido al efecto adverso del Zika en el desarrollo fetal y su posible relación con el síndrome de Guillain-Barré, el virus plantea preocupaciones serias para la salud pública. La Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia de salud pública en Brasil tras un brote de microcefalia y casos del síndrome de Guillain-Barré, que se sospecha están fuertemente asociados con el Zika.
Puerto Rico ya se encuentra en un estado de emergencia político-económica y enfrenta una epidemia de Chikungunya preexistente, así como la presencia endémica del virus del dengue. Los tres virus comparten el mismo vector, el mosquito Aedes Aegypti. A finales de enero del año 2016 se declaró también una epidemia de influenza en la Isla.
Para la contención de la propagación viral, urge atender el problema del acceso al agua potable y la gestión de manejo de desperdicios (especialmente del plástico) debido a que el principal vector es un mosquito antropofílico (doméstico), que se adapta bien al medio ambiente urbano y se reproduce por prácticas humanas en zonas propensas a la acumulación de agua. Hacemos un llamado al gobierno, a las empresas agrícolas y a las industrias de uso intensivo de agua en Puerto Rico a que compartan la responsabilidad de reestructurar la gestión ecológicamente sustentable de los sistemas públicos de agua, sobre todo luego de la sequía histórica del 2015, durante la cual el país sufrió durante varios meses una escasez de agua sin precedentes. La posibilidad de que ocurra una sequía similar este año amenaza con exacerbar el estado local de la salud.
Los efectos potencialmente negativos sobre la población, especialmente en mujeres y fetos, acentúan la urgencia de financiación y de un mejor acceso a la salud pública. Debido a que el virus puede transmitirse sexualmente, se necesitan servicios de salud reproductiva, que ofrezcan múltiples métodos anticonceptivos (incluyendo, pero no limitándose a condones), diagnóstico prenatal, atención pediátrica y servicios de terminación de embarazos. La Iglesia católica local, contra los puntos de vista más liberales del Papa Francisco, ha condenado la recomendación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de que las personas utilicen condones durante las relaciones sexuales penetrativas para prevenir la transmisión del Zika. Esto tiene implicaciones claras para quienes siguen los preceptos católicos, ya que pueden estar en riesgo de infección por no usar medidas adecuadas. Se debe reforzar el acceso de los puertorriqueños/as a métodos anticonceptivos y su uso informado, y a la atención médica prenatal y reproductiva. Se debe apoyar el derecho de las personas a dicho acceso y evitar discursos estigmatizantes y el establecimiento de políticas públicas punitivas.
Las consecuencias de una epidemia de Zika son onerosas para la salud pública, teniendo en cuenta que Puerto Rico, desde el punto de vista estructural, cuenta con recursos insuficientes, debido al tope al que llegó la aportación del Congreso estadounidense a los servicios de salud pública en la Isla. A pesar de que la prensa ha difundido recientemente este asunto, a raíz de las audiencias legislativas en Washington sobre la crisis fiscal en Puerto Rico, al presente no se han tomado medidas para atender sus consecuencias negativas en lo que respecta a la situación de salud pública, lo que ha sido apropiadamente caracterizado como una crisis humanitaria.
Queremos destacar la necesidad de actualización del sistema de distribución y tratamiento de aguas en Puerto Rico, especialmente bajo la posible imposición de una junta de control fiscal como la impuesta en Flint, Michigan. En ese contexto, insistimos en la protección de los acuíferos y las cuencas hidrográficas locales como estrategia central para el control del virus del Zika y su manifestación epidemiológica en la Isla. Hacemos un llamado a una respuesta que considere las desigualdades estructurales en el cuidado de salud que existen en Puerto Rico y que se encamine a remediar la presente exposición al virus.
Asimismo, deseamos expresar preocupación por la posibilidad de la presencia de altos niveles de productos químicos-tóxicos, incluyendo insecticidas y agentes experimentales manufacturados por empresas privadas, tales como Monsanto y Dupont, entre otras presentes en la Isla. Expresamos nuestra preocupación hacia cualquier producto utilizado de manera rutinaria en el ecosistema, con el que el Zika o el Aedes Aegypti puedan estar interactuando, y hacemos un llamado a que se asuma la responsabilidad y se les rinda cuentas a los residentes de Puerto Rico. En los esfuerzos de control, exigimos que se informe en detalle a la población sobre el uso de cualquier organismo transgénico.
Informes de prensa indican que el CDC está estudiando la posibilidad de que algunos mosquitos Aedes Aegypti muestren tolerancia a insecticidas. Es por esto que exhortamos a que se divulgue públicamente cualquier información acerca de la utilidad de diversos agentes insecticidas en uso, bajo consideración de uso, o que se haya evidenciado su eficiencia para la prevención de picaduras de mosquitos, especialmente para uso seguro en mujeres embarazadas. La dependencia excesiva en insecticidas como medida de control de mosquitos puede ser nociva, ya que puede fomentar la resistencia viral.
Como grupo de expertos en la región hacemos un llamado al gobierno federal de los Estados Unidos y al CDC para hacer algo más que llevar a cabo experimentos y emitir recomendaciones en Puerto Rico con respecto al virus del Zika. Los Estados Unidos tienen responsabilidades con Puerto Rico, más allá de usar la isla como un laboratorio viviente. El Zika en Puerto Rico es más que una amenaza para la salud pública de los estadounidenses en el continente. Las vidas de los puertorriqueñas/as cuentan. Las autoridades sanitarias deben ayudar activamente a la población y apoyar los esfuerzos de prevención del Zika en Puerto Rico. Acciones que se pueden tomar inmediatamente incluyen: proporcionar e instalar anjeos para mosquitos (screens) en hogares y empresas; ayudar en la gestión para el manejo de los sistemas de agua y basura; y distribuir información sobre las estrategias de control y vigilancia de los vectores. En particular, las autoridades de salud pública pueden ayudar con la eliminación de cualquier desecho que pueda acumular agua, con el fin de reducir al mínimo las poblaciones de mosquitos.
El CDC tiene una oficina central para el manejo del dengue en San Juan, que se debe usar como base para llevar a cabo campañas de prevención y mitigación de mosquitos transmisores del Zika. Todas las actividades de prevención y de investigación en la Isla deben seguir los principios de acceso abierto y colaboración adecuados a una emergencia de salud pública. Además, debido a la fuerte sospecha de asociación entre el Zika, la microcefalia y el síndrome de Guillain-Barré, el CDC debe estar en alerta máxima de vigilancia de casos en Puerto Rico y deben estar preparados para hacer frente a estas enfermedades.
Por último, se debe proveer atención y apoyo a las mujeres embarazadas y a sus familias que tienen o puedan experimentar la infección del Zika, en lugar de adjudicarles la carga de medidas costosas de salud pública. Los resultados de nacimientos en Puerto Rico han empeorado desde la llegada de la crisis económica. Para el año 2012 la tasa de mortalidad infantil subió a 9,5 por 1.000 nacimientos. Esta carga se agrava por el gran número de profesionales de la salud que han emigrado recientemente de la Isla.
Es imperativo que el Congreso estadounidense remueva el límite de Medicaid para la isla y que se movilicen recursos de inmediato para combatir esta emergencia de salud pública, especialmente en lo concerniente al cuidado de la salud prenatal y reproductiva. La prevención de la transmisión, ampliación de la atención médica, garantía de los derechos reproductivos y sustentabilidad a largo plazo de la infraestructura de agua deberían ser las prioridades de acción, más allá de las zonas turísticas y hoteleras. Hacemos un llamado de asistencia a iniciativas locales y apoyo a las estructuras comunitarias ya existentes, y afirmamos el derecho de Puerto Rico a proteger y defender la salud de su población.
Notas:
[1] http://www.businessinsider.com/ap-puerto-rico-braces-for-wave-of-mosquito-borne-zika-virus-2016-2
[2] http://files.sld.cu/vigilancia/files/2016/02/reporte-global-del-zika-19-de-febrero-2016.pdf
[4] http://caribbeanbusiness.com/puerto-rico-faces-dry-season-as-it-emerges-from-drought/
[5] http://www.newsweek.com/zika-outbreak-ease-abortion-laws-437555.
[8] http://ajph.aphapublications.org/doi/full/10.2105/AJPH.2016.303114.
[9] http://www.reuters.com/article/us-usa-puertorico-treasury-idUSKCN0SG1TB20151022.
[13] http://www.cdc.gov/media/releases/2016/a0304-director-puerto-rico.html.
[15] http://www.cdc.gov/chikungunya/resources/vector-control.html.
[16] http://www.sciencemag.org/news/2016/02/plea-open-science-zika.
[17] http://www.who.int/bulletin/online_first/zika_open/en/.
[19] Departamento de Salud, Informe de Salud en Puerto Rico, 2014.
[21] Este comunicado apareció originalmente en originally Savage Minds, el 15 de marzo de 2016.
Lista de imágenes:
1. Ma Qiang, Southern Metropolis Daily, Reuters.
2. Archivo EFE.
3. Eraldo Peres.
4. Marvin Recinos, AFP, Getty Images.
5. Martin M Rotker, Getty Images.