Osadía y tenacidad son quizás el fundamento de Rincón Ibérico, ubicado en el Cuartel de Ballajá, restaurante y tienda de productos españoles de exquisita calidad. Osadía, porque "en tiempos de crisis abrimos un negocio" (diciembre 2014), según apuntan Gerardo González, propietario, y Karen Clark, gerente general; tenacidad, porque lo remodelaron hoy y muy a pesar de los contratiempos con contratistas, etc., siguieron hacia adelante. La parte interior abre a finales de mayo, pero, mientras tanto, los comensales de sabrosas tapas, platos españoles y de deliciosa sangría, vinos y cervezas de aquí y de España pueden sentarse en cómodas sillas al fresco en el patio de Ballajá. Mientras degustan la brisa, también están protegidos de las inclemencias del tiempo y del sol candente a través de unas bellas sombrillas blancas, con hiedras colgando de sus tubos.
Gozar de un restaurante y tienda de productos en Ballajá es algo especial y único porque disfruta de la belleza de ese bastión otrora español. Así lo saben los otros negocios que allí están: Café Don Ruiz, Fundación Francisco López Cruz, Tío Danny (empanadillas), Quiñones Candal (arte digital), Paulette Beauchamp y su tabla'o de danza y CINEMABAR. El Museo de Las Américas, sus salas permanentes y exposiciones del momento, es parte del atractivo de Ballajá, al igual que el encanto de la arquitectura, la música clásica que se escucha los domingos, el sonido de los cuatros, guitarras y percusión que se deja oír los sábados en las clases de la Fundación de Francisco López Cruz. Es, dicen algunos, "nuestra Plaza Mayor en pequeña escala”, refiriéndose a la Plaza Mayor de Madrid, y añade Gerardo González: "lo significativo de este proceso es que la respuesta del mercado nos hizo pensar en la necesidad de movernos, de un lugar con cupo para 18 personas, a un lugar, interno y al fresco, con capacidad para más de 60 comensales. La Oficina de Conservación Histórica nos dio la posibilidad, y nos ayudaron".
En tiempos de la exposición de Antonio Martorell, Imalabra, el artista pasaba ratos largos en el Rincón Ibérico, y se reunía con amigos que llevaba o con quienes allí se encontraba. El Rincón se llena diariamente de locales sanjuaneros, artistas y profesores de la Escuerla de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico, de la Liga de Arte, así como de empleados del Instituto de Cultura Puertorriqueña, quienes se mezclan con turistas y otros vecinos de San Juan fuera del casco y hasta del interior de la Isla.
A la osadía y tenacidad hay que añadir la confianza que ambos, Gerardo y Karen, tienen del concepto, el amor que sienten por España y su gastronomía, y su equipo de trabajo, rigurosamente seleccionado y que se compone, en su mayoría, de estudiantes universitarios. En una ocasión, lo pudimos escuchar y observar los que allí estábamos, uno de los meseros atendió a un cliente hablando ruso; este, en su beneplácito, no podía entender por qué el mesero había decidido aprender ruso, con la única razón de por su amor a la literatura rusa del siglo XIX. Gerardo y Karen exigen de su equipo de meseros y de su supervisor Roberto Junco lo siguiente: destrezas, integridad, que amen su trabajo y que se rijan por un reglamento. La atención es esmerada y todos proyectan su deseo de bien servir. Gerardo y Karen también atienden mesas y caja registradora. Karen, además de idear las recetas, confecciona, inicialmente, algunas; ambos van de la caja, a la mesa y a la cocina, para encargarse de que todo vaya corriendo como se espera: con rapidez y calidad.
Otro de los elementos hermosos, aparte de Ballajá, es el diseño y decoración de las áreas interna y externa, la cual consiste de las fotografías de los viajes por España del escritor y profesor Jorge Rodríguez Beruff, director del Bachillerato Interdisciplinario de la UCA, quien las regaló a Rincón Ibérico. Precisamente ayer, una comensal se levantó a tomar la foto de “de donde soy: Bilbao”, foto ubicada en la pared central del local. La música siempre presente, afuera y adentro (cuando abra a finales de mayo), y los antojitos españoles, como la escalivada (pimiento, cebolla, berenjena asada en aceite de oliva), el bocarte a la cazuela, el bonito del norte, el paté dulce de higo y muchos más... Incluso, a veces nos sorprenden con platos como berenjena con bacalao, arroz y aguacate; majado de yuca con salmón o con gambas; o la tapa añadida al menú principal todas las semanas. Los dulces y turrones están bien colocados en un mueble que facilita el conocimiento de lo que hay. Además, siempre económicos, también se puede saborear uno de los mejores albariños de la ciudad.
Si quiere combinar una experiencia sanjuanera turística o cotidiana con el disfrute de Ballajá, descubra el Rincón Ibérico: un ¡jolines! de admiración y de sorpresa, nunca de fastidio, provocará en el visitante/comensal que lo descrubra. ¿Los precios? A veces, más que razonables.
Lista de imágenes:
1. Interior del Cuartel de Ballajá.
2-3. Provistas por la autora.