“No son competencias reales”: diferencias en las coberturas televisivas de las Paralimpiadas
El 29 de agosto de 2012 se llevará a cabo una competencia mundial en la que participarán 4,200 atletas de 160 países en 20 juegos distintos. Si no hacemos el esfuerzo por buscar la cobertura cibernética de esos juegos, puede que ni nos enteremos que están ocurriendo.
Las Paralimpiadas[1] son el evento más grande que existe en el mundo del deporte con discapacidad. Sin embargo, el movimiento paralímpico ha tenido que recurrir a los nuevos medios de comunicación para difundir su mensaje gracias a que los medios tradicionales como la televisión apenas le dedican espacio. Mientras las cadenas televisivas se pelean los derechos de transmisión de los Juegos Olímpicos, las Paralimpiadas a veces ni reciben cobertura. En aquellos momentos en que sí la reciben, tienen que conformarse con las sobras de los recursos de esas mismas televisoras.
El capacitismo y la invisibilización de l@s atletas con discapacidades
Esta falta de interés que demuestran las cadenas televisivas en la transmisión de estos eventos parte de la noción que l@s estudios@s del deporte con discapacidad llaman el capacitismo (“ableism” en inglés). Según Duncan y Aycock (2004), el capacitismo es la idea de que la experiencia de nuestras sociedades se cuenta y se construye desde el punto de vista de las personas sin discapacidades (p. 136-137). Como ocurre en todos los discursos discriminatorios, la experiencia de un grupo se convierte en la norma y las experiencias de los demás grupos se convierten en “alternativas” o “desviaciones”.
El capacitismo se manifiesta de la manera más estridente posible en el campo del deporte. El deporte, después de todo, es un área en la que se buscan ídolos cuyos movimientos y reacciones físicas sobrepasan los estándares establecidos de una sociedad capacitista. Ante este cuadro, los cuerpos “incompletos” o “defectuosos” de las personas con discapacidad parecerían ser incompatibles con ese quehacer social que se dedica, específicamente, a buscar los “mejores” cuerpos, los cuerpos sobrehumanos (Hardin, 2006, p. 580).
Siendo así, no es difícil imaginarse que para una gran parte de la población el deporte con discapacidad carezca de legitimidad. Golden (2002) en su estudio de las Paralimpiadas de Salt Lake City en 2002 se encontró con que muchos de los reporteros estadounidenses se adherían a esta idea.
Según Golden, uno de los periodistas que entrevistó le comentó:
“They [l@s discapacitad@s] can’t compete on the same level as the Olympic athletes, so it’s a bone they throw to them to make them feel better. It’s not a real competition, and I, for one, don’t see why I should have to cover it” (p. 13) [Énfasis añadido]
Aunque quizá podríamos argumentar que en los diez años que han pasado desde esa entrevista es posible que las opiniones se hayan tornado más comedidas, la realidad de la cobertura de los deportes con discapacidad en general demuestra el sitial poco privilegiado que tienen estas actividades en el panorama mediático en el que vivimos. Hardin (2006) ofrece una comparación adecuada:
“It is easier to find a poker or a billiards game on ESPN than to find coverage of disability sporting competition” (p. 578).
Es decir, es más fácil encontrar deportes capacitistas pasivos y de poca envergadura que deportes de alto rendimiento con discapacidad.
Coberturas de las Paralimpiadas
Una de las maneras más fáciles de demostrar la diferencia en importancia que le otorgan las cadenas televisivas a los deportes con discapacidad es comparando las coberturas que se le dan a las Paralimpiadas vis-a-vis las Olimpiadas[2]. Hardin (2006) explica la cobertura que recibieron los Juegos Paralímpicos de Salt Lake City 2002 en NBC, la cadena que tiene los derechos exclusivos de transmisión olímpica y paralímpica en Estados Unidos:
“Although NBC paid hundreds of millions of dollars for the rights to air the Olympics in prime time each night during the Games, the Paralympic Games garnered one hour of coverage by NBC: the opening ceremonies – two days after they occurred. For eight days, A&E [propiedad de NBC-Universal] aired a one-hour segment that highlighted the day’s events...” (p. 578).
De igual forma, NBC le dio cobertura de 24 horas diarias a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y no le dedicó ni el 1% de esos recursos a la cobertura de los Juegos Paralímpicos (Hardin, 2006, p.577). Finalmente, en Vancouver 2010, ocho años después del fiasco de Salt Lake City, lo único que hizo NBC fue aumentar los highlights del día a dos horas en vez de una. Esto, añadido a una hora de las ceremonias de apertura y dos horas de un resumen de toda la jornada llevaron el total de horas de cobertura a 21. Es decir, ni un día completo de cobertura (y nada de esto fue en vivo, todo grabado). Mientras tanto, las Olimpiadas tuvieron cobertura 24 horas al día en múltiples plataformas y canales.
En otros países, la situación varía. Inglaterra, por ejemplo, el país anfitrión de las Paralimpiadas del 2012, apenas tuvo transmisiones en jornadas pasadas. Lewis Wiltshire, editor de la página de deportes de la BBC, elocuentemente explicó en su blog el tipo de cobertura que le darían a las Paralimpiadas del 2010 en Vancouver:
“we will be reporting the Winter Paralympics daily via news reports and this website using reporters and crews based in Vancouver and Whistler. There are provisional plans in place to stream the curling live through the BBC Sport website and BBC Red Button if the GB team make the medal rounds and we will also be broadcasting a one hour highlights programme on Monday 22 March on BBC TWO. We will not be broadcasting any other live coverage due to budget restrictions and the time zone factor. This decision was made several months ago.”
Es decir, el país sede del evento este año no fue capaz[3], siquiera, de proveer las míseras 21 horas que proveyó NBC. Todo su contenido fue a través del internet y en forma de informes y reportajes; nada en vivo.
Por otra parte, Canadá, el país sede de las Paralimpiadas invernales del 2010, mejoró la cobertura de NBC, pero tampoco logró ningún tipo de paridad con las Olimpiadas. CTVGlobemedia y RogersMedia, los conglomerados encargados de la transmisión televisiva, proveyeron 50 horas de contenido paralímpico. Según las compañías, esta es la cobertura paralímpica más amplia que se ha dado en el país hasta el momento. Para efectos de comparación, habría que mencionar que los conglomerados de CTV y Rogers dedicaron, entre ambos, sobre 1,700 horas de cobertura a las Olimpiadas.
Dentro de este panorama de disparidad, cabe destacar a Italia que sí hizo el esfuerzo de darles la importancia que se merecen estos juegos. La cadena italiana Sky Sports transmitió todos los juegos Paralímpicos en vivo por 5 canales de alta definición. No obstante, queda evidenciada la diferencia de importancia que se les otorga a las competencias paralímpicas en muchas de las televisoras más poderosas del mundo[4].
Puerto Rico y las Paralimpiadas
Puerto Rico comenzó a participar en las Paralimpiadas en 1988, cuarenta años después de su primera participación en las Olimpiadas. Sin embargo, los atletas paralímpicos boricuas han acumulado el mismo número de medallas (6) en ese tiempo que los atletas olímpicos desde 1948. Más importante aún, Puerto Rico cuenta con dos medallas de oro en las Paralimpiadas, mientras que los atletas olímpicos nunca han logrado tal hazaña.
No obstante, los atletas paralímpicos parecen ser invisibles en nuestro país. Una simple búsqueda cibernética refleja que el Comité Paralímpico de Puerto Rico no tiene, ni siquiera, presencia en el internet[5]. De igual forma, cuando la WIPR anunció con bombos y platillos que tendría transmisión de las Olimpiadas durante los 17 días con ocho horas diarias de contenido, no mencionó de ninguna forma si tendría la más mínima cobertura de los Juegos Paralímpicos.
El internet
Ante la realidad de que en muchos lugares los atletas paralímpicos parecen ser invisibles en la televisión, el mundo del internet ha tenido que llenar ese vacío. El canal de YouTube ParalympicSport.Tv se ha convertido en el lugar por excelencia para poder ver los Juegos Paralímpicos y para seguir a estos atletas durante todo el año. Aunque esta iniciativa es sumamente importante, existe un problema fundamental con este modelo. A pesar de la rápida expansión del internet, esto sigue siendo un medio de comunicación elitista. El 67% del mundo no tiene acceso al internet y una porción más grande aún no tiene acceso al internet de alta velocidad necesario para ver programas de video.
Quiere decir esto que una gran masa de gente no tiene acceso a estos cuerpos diferentes de los atletas discapacitados. Esto implica que much@s ni siquiera tienen la oportunidad de resistir y de pensar en una alternativa al punto de vista capacitista. Es probable que haya gente que no sepa que existen unas competencias de alto nivel para personas con discapacidad.
Este desconocimiento contribuye a la perpetuación de la experiencia capacitista en la cual la norma son los cuerpos sin discapacidades y la “desviación” son los cuerpos distintos. Este desconocimiento también contribuye a las narrativas discriminatorias que construyen a las personas con discapacidades como seres limitados y dependientes, seres que no pueden valerse por sí mismos. Sin embargo, las Paralimpiadas son, precisamente, una de las muestras más categóricas de lo erróneo de esas presunciones. Todo esto hace imprescindible que estos atletas paralímpicos obtengan la visibilidad que les debemos, para que podamos así empezar a construir narrativas que salgan del marco capacitista e incluyan las diversas experiencias de todos los cuerpos.
Notas:
[1] El nombre implica que son competencias paralelas a las Olimpiadas.
[2] Al utilizar los nombres Olimpiadas y Paralimpiadas incluyo ambas versiones: invierno y verano.
[3] Para las Paralimpiadas de este año, el Canal 4 británico ha prometido más de 150 horas de contenido. Claro, eso incluye la cobertura cibernética también.
[4] De igual forma, la cobertura mediática en los países en desarrollo merece mayor estudio.
[5] El presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico, David Bernier, ha hablado de fusionar los comités olímpicos y paralímpicos en un sólo cuerpo. No obstante, en la página de internet del COPUR no hay evidencia alguna de los atletas paralímpicos puertorriqueñ@s.
Lista de referencias:
Duncan, M. & Aycock, A. (2004). Fitting images: Advertising, sport and disability. In Jackson, S. & Andrews, D. Sport, Culture, and Advertising. London: Routledge.
Hardin, M. (2006). Disability and Sport: (Non) Coverage of an Athletic Paradox. En Raney, A. & Bryant, J. Handbook of Sports and Media. London: Routledge.
Golden. (2002). An analysis of the dissimilar coverage of the 2002 Olympics and Paralympics: Frenzied pack journalism versus the empty press room. Presentación en la Reunión Anual de la Asociación para la Educación en el Periodismo y en los Medios de Comunicación, Miami, Florida.